Así lo creo


Estoy convencido de que para dedicarse a la administración pública se debe tener una profunda vocación de servicio; el ejercicio del poder, debe ser encaminado a la procuración del bienestar social, y no el de los gobernantes, como se viene haciendo en la actualidad.


Un gobierno municipal tiene que estar concentrado en la creación de estrategias que generen las condiciones para que los ciudadanos puedan mejorar su calidad de vida, desde la construcción de infraestructura que promueva el empleo y haga eficiente las redes de comercio, hasta los programas sociales que deben encaminarse a impulsar los esfuerzos de quienes aún necesitan de ayuda.


Un gobierno municipal austero, modesto, discreto.  Con un lado humano que sea capaz de escuchar con sensibilidad las necesidades del más humilde de los ciudadanos.


Se requiere una administración transparente, ordenada, apegada a la ley, que anteponga los intereses públicos a los intereses particulares; que sea estricto con su operación y que cierre la puerta de tajo a la corrupción.


Que se preocupe por la salud de los ciudadanos y diseñe programas para la prevención y procure el crecimiento de infraestructura hospitalaria; que construya estrategias y acuerdos para la generación de empleo de calidad, que permita oportunidades para los egresados de nuestras escuelas de educación superior y que su talento y creatividad contribuyan al desarrollo de nuestra ciudad; que atienda a los niños y jóvenes con actividades formadoras y de entretenimiento, y a las amas de casa, con proyectos de autoempleo y desarrollo de habilidades.


Necesitamos un gobierno conciliador, capaz de ayudar en encontrar solución a los conflictos sociales, inteligente, que encuentre soluciones multidimensionales y cálido, que le permita a los ciudadanos confiar en su gobierno.